sábado, 13 de octubre de 2012

La vejez Desde la mirada psicológica



Múltiples han sido las teorías que se han propuesto para explicar el envejecimiento psicológico y/o la reacción psicológica de los individuos ante el envejecimiento.
La psicología, como ciencia de la mente, de la conciencia y del comportamiento es una de las principales disciplinas de las que se ocupan del envejecimiento. Preguntas como: ¿cuáles son los cambios normales que se producen a lo largo de la vida en la cognición, el afecto, la emoción y otras estructuras y procesos psicológicos? ¿Cómo perciben las personas estos cambios? ¿Cómo experimentan el envejecimiento en sí mismos y en la sociedad? ¿Qué cambios se producen en el comportamiento a lo largo de la vida? ¿Cómo puede contribuir la psicología a la descripción y explicación de las relaciones persona/ambiente a lo largo del proceso de envejecimiento? ¿Cómo puede contribuir la psicología a la prevención y rehabilitación de las personas mayores vulnerables?
Las condiciones psicológicas no siguen el mismo patrón de deterioro a lo largo de la vida que las biológicas.
Un buen ejemplo de esta perspectiva lo constituyen las diferencias entre inteligencia fluida y cristalizada: mientras la inteligencia fluida o biológica decae muy pronto en el transcurso de la vida, la inteligencia cristalizada o cultural permanece estable hasta una edad avanzada (p. ej., Baltes y Graf, 1996).
La psicología es también la ciencia de la subjetividad; conceptos tales como bienestar, satisfacción en la vida, calidad de vida subjetiva, constituyen componentes importantes del sistema del yo que se han asociado estrechamente con el envejecimiento y con la edad, y que se han convertido en conceptos clave de la política institucional sobre envejecimiento
La psicología está claramente involucrada en la atención primaria, secundaria y terciaria de personas con discapacidades físicas y/o psíquicas. La incidencia de la minusvalía y la discapacidad aumenta con la edad, por lo que la intervención psicológica en discapacidad en la vejez cada vez será más frecuente y necesaria. Por otra parte, aumentarán las necesidades de atención psicológica a personas con discapacidades que llegan a la vejez, especialmente con discapacidades cognitivas (p. ej. demencias), e intelectuales.
Para Erik Erikson, es propio del anciano el logro de la "Integridad del Yo", en que el individuo acepta los triunfos y los sucesos de su vida, de tal forma que le parece que su vida tiene sentido en el mundo particular en que vivió. Entonces, es capaz de hacer la unificación de toda su vida, y además, en virtud de un amor trascendente, que va más allá de sí mismo, es capaz de otorgar orden y sentido al mundo.
La sabiduría de esta etapa incluye, por una parte, la capacidad de aceptar las limitaciones y pérdidas corporales, económicas o afectivas; ajustar la vida a estas limitaciones y aprender a depender de otros. Además, también significa apertura; estar alerta frente al mundo, dispuesto a iniciar nuevas actividades, nuevas amistades y relaciones afectivas; significa aprender a relacionarse de otra manera con las personas significativas, con los hijos y con los nietos, siendo además un buen compañero para su cónyuge. Es aceptar lo que ya no se es y abrirse a lo que puede ser.
Las historias personales de los adultos mayores son muy variadas. Dependiendo de las experiencias de vida, los recursos, la salud, el apoyo familiar, la educación, la orientación cultural. Por lo tanto, la última etapa de la vida será percibida y vivida en forma diferente por cada persona. En este sentido, el propósito de proponer tareas de desarrollo que reflejen temas similares para todos los adultos mayores, corre el riesgo de descuidar la experiencia subjetiva de cada persona.
Quizás los fenómenos patológicos más perturbadores para la sociedad sean las alteraciones de conducta que a veces se presentan en la ancianidad. Las que pueden ser la continuación de una forma de conducta psicopática de toda la vida, o secuela de una perturbación emocional u orgánica del funcionamiento cerebral. La etiología no sólo es importante para el bien del paciente sino también porque es preciso proteger a la sociedad La manifestación psicótica más común del envejecimiento es la psicosis senil. Los factores que con más frecuencia desencadenan estos estados son las interrupciones de las formas de vida habituales, como por ejemplo el  fallecimiento de alguna persona allegada al paciente o una gran alteración del medio.


El envejecimiento se manifiesta de manera individual.   En esta etapa los adultos mayores se  adaptan  a las condiciones que le ofrecen la sociedad, dependiendo de su personalidad y la manera de reaccionar de acuerdo a su entorno.
Básicamente existen algunos funciones cognitivas que son evidentes en esta etapa como son:

  • La pérdida lenta y continua  de la memoria.
  • Lentitud del proceso de información.
  • El reloj biológico empieza lentamente a fallar.
  • La aparición de la presbicia.
  • La aparición de la hipoacusia.
  • La depresión
  • La baja autoestima
Finalmente, en cuanto a la personalidad, suele aumentar el interés por lo propio, desdeñando lo extraño, se toma el  pasado como referencia principal, no entendiéndose bien las actitudes de las  nuevas generaciones. Se tiende  a conservar y almacenar cosas, en un intento de  asegurar el futuro. Hay una resistencia al cambio, a lo nuevo, cuesta trabajo decidir entre varias  opciones.


Para profundizar sobre este tema puedes visitar estas referencias: 
  • Restrepo. Carlos. (2.005) Modulo de psicopatología del adulto y el viejo. Universidad Nacional Abierta y a distancia UNAD.
  • Psicología, Psicólogos y Envejecimiento: contribución de la Psicología y los psicólogos al estudio y la intervención sobre el envejecimiento. Documento de la asamblea mundial de envejecimiento Rev. Esp. Geriatr Gerontol 2002; 37(5):268-275) tomado de: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/124/124v37n05a13040767pdf001.pdf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario