sábado, 13 de octubre de 2012

“LA VEJEZ, EDAD DE PLENITUD”



A través de la vida en el desarrollo de la personalidad de todo individuo, surgen una serie de cambios que proporcionarán características especiales en el funcionamiento psíquico de cada una de las etapas que pasará. Tenemos entonces que el adulto mayor, que presenta rasgos específicos de acuerdo a ciertas condiciones biológicas, psicológicas y sociales, podrá ser comprendido utilizando como instrumento nuestro saber psicológico.
Los cambios biológicos y sociales, en interacción con la propia personalidad del individuo, otras etapas claves de su vida, la persona requerirá desarrollar un nuevo sistema  eficaz para el mantenimiento de su integridad psíquica.

Resulta imposible intentar comprender los aspectos psicológicos del adulto mayor, si lo hacemos tomando a la persona aislada de su contexto social, con el que
existe una constante interacción. El adulto mayor no se siente viejo o desventaja si no fuera por la mirada de la sociedad, y la cultura que rodea al anciano.

 Puesto que después de los 65 años el individuo vive una etapa normal del desarrollo, los principales problemas que enfrentar los adultos mayores, son los que les creamos a través de la política y la economía, que afectan su status en mayor grado que el mismo envejecimiento. Debemos tener claro que los personas claves en el problema de envejecimiento son los grupos de edad más joven, porque son ellos los que determinan el status y la posición de tales personas en el orden social (Papalia, 1990). Sin embargo, la vejez no tiene por qué ser el punto más bajo del ciclo de vida ya que el envejecimiento satisfactorio es posible, siendo la sociedad quien debe descubrir los componentes de ella, reorganizando nuestros pensamientos y estructuras sociales. La principal tarea de las personas mayores es la de comprender y aceptar su propia vida y utilizar su gran experiencia para hacer frente a los cambios personales o pérdidas. Las personas han de adaptarse a la disminución de la fortaleza y salud física, a la jubilación y adaptarse a su propia muerte (Hoffman, 1996). A medida que tratan con estos temas, sus motivaciones pueden variar.



¿Cómo vivir satisfactoriamente la vejez?

Se pone a consideración de los lectores el libro de Papalia el cual nos brinda información acerca de la etapa normal que tiene que vivir un individuo, miramos que realmente lo que le afecta está basado en la economía, la política y como personas determinantes en el envejecimiento, los jóvenes ya que son ellos los que influyen directamente en el estatus de los adultos mayores en el estatus social, pero desde otra mirada sabemos que la vejez satisfactoria es posible, es ahí donde la sociedad debe influir para darle una nueva mirada reorganizando pensamientos y las estructuras sociales. A esta edad le implica una concientización frente a cambios tanto físicos, psicológicos y biológicos, utilizando su experiencia para hacer de la vida más confortante, para Erickson, se a traviesa por una etapa en la cual la integridad está enfrentada a la desesperación, es aquí donde retrocedemos la mirada y escudriñamos nuestro pasado dándonos cuenta de las cosas que hicimos y de las que dejamos de hacer, en este procesos juega un papel muy importante los padres ya que a esta edad los recordamos por que se esforzaron por darnos lo que pudieron independientemente que hayan sido perfectos, entramos a enfrentarnos en la cruel para muchos realidad de que tenemos que morir y que el tiempo se agota. Para el adulto mayor el acompañamiento de su familia al igual que la actividad física le ayudara a envejecer de forma más gratificante.
 

La vejez Desde la mirada social



Chawla (1988) afirma que los ancianos “no siempre son dependientes a causa de su decadencia física, sino que lo son frecuentemente debido a la forma cómo son categorizados socialmente y a las presiones que se ejercen sobre ellos. Si bien es cierto que el envejecer implica un deterioro biológico, son las condiciones sociales de carencia de servicios y las ideas contenidas en el modelo médico tradicional las que restan oportunidades para que el “viejo” se mantenga activo y autovalente. La carencia de una definición sociocultural del conjunto de actividades que serían específicas de los ancianos les hace sentirse inútiles y sin reconocimiento social. La falta de tareas específicas conlleva la dificultad para saber en qué concentrar los esfuerzos y en qué volcarse de modo de actualizar las propias potencialidades. Cada individuo que envejece debe crearse un personaje e improvisar su actuación: la dificultad de esto implica que sólo algunos lo logran y otros deben resignarse al estrecho mundo de las cuatro paredes del hogar (Barros, 1994; Anzola et al., 1994).

El aumento progresivo de las expectativas de vida en todas las sociedades presenta para los próximos decenios el importante desafío de definir el significado y los roles sociales de los adultos mayores. Este desafío implica la necesidad de realizar arreglos sociales que permitan a las personas mayores el desarrollo de todas sus potencialidades en busca de un envejecimiento exitoso. Un envejecimiento exitoso y saludable tiene que ver con la funcionalidad biológica y social que permite la plena integración social y familiar de los que envejecen, lo que implicará superar las barreras sociales y culturales que aún persisten e impiden a los adultos mayores desarrollar sus potencialidades. En las modificaciones que deban realizarse están involucrados el estado, las organizaciones sociales, la comunidad, la familia y cada uno de los individuos (Peláez,
2000; Domínguez, 1982). La calidad de vida de las personas mayores está estrechamente relacionada con la capacidad funcional y el conjunto de condiciones que le permiten mantener su participación en su propio autocuidado y en la vida familiar y social (CELADE, 2003; Fernández-
Ballesteros et al., 1996).
para profundizar puedes revisar estas referencias:
ZAVALA. Mercedes y otros (2006) Funcionamiento social del adulto mayor. Ciencia y enfermería XII (2) pp. 53-62. Extraido de: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-95532006000200007&lng=en&nrm=iso&ignore=.html

Paricia Eyzaguirre (1) reflexiones sobre la vejez

La vejez Desde la mirada psicológica



Múltiples han sido las teorías que se han propuesto para explicar el envejecimiento psicológico y/o la reacción psicológica de los individuos ante el envejecimiento.
La psicología, como ciencia de la mente, de la conciencia y del comportamiento es una de las principales disciplinas de las que se ocupan del envejecimiento. Preguntas como: ¿cuáles son los cambios normales que se producen a lo largo de la vida en la cognición, el afecto, la emoción y otras estructuras y procesos psicológicos? ¿Cómo perciben las personas estos cambios? ¿Cómo experimentan el envejecimiento en sí mismos y en la sociedad? ¿Qué cambios se producen en el comportamiento a lo largo de la vida? ¿Cómo puede contribuir la psicología a la descripción y explicación de las relaciones persona/ambiente a lo largo del proceso de envejecimiento? ¿Cómo puede contribuir la psicología a la prevención y rehabilitación de las personas mayores vulnerables?
Las condiciones psicológicas no siguen el mismo patrón de deterioro a lo largo de la vida que las biológicas.
Un buen ejemplo de esta perspectiva lo constituyen las diferencias entre inteligencia fluida y cristalizada: mientras la inteligencia fluida o biológica decae muy pronto en el transcurso de la vida, la inteligencia cristalizada o cultural permanece estable hasta una edad avanzada (p. ej., Baltes y Graf, 1996).
La psicología es también la ciencia de la subjetividad; conceptos tales como bienestar, satisfacción en la vida, calidad de vida subjetiva, constituyen componentes importantes del sistema del yo que se han asociado estrechamente con el envejecimiento y con la edad, y que se han convertido en conceptos clave de la política institucional sobre envejecimiento
La psicología está claramente involucrada en la atención primaria, secundaria y terciaria de personas con discapacidades físicas y/o psíquicas. La incidencia de la minusvalía y la discapacidad aumenta con la edad, por lo que la intervención psicológica en discapacidad en la vejez cada vez será más frecuente y necesaria. Por otra parte, aumentarán las necesidades de atención psicológica a personas con discapacidades que llegan a la vejez, especialmente con discapacidades cognitivas (p. ej. demencias), e intelectuales.
Para Erik Erikson, es propio del anciano el logro de la "Integridad del Yo", en que el individuo acepta los triunfos y los sucesos de su vida, de tal forma que le parece que su vida tiene sentido en el mundo particular en que vivió. Entonces, es capaz de hacer la unificación de toda su vida, y además, en virtud de un amor trascendente, que va más allá de sí mismo, es capaz de otorgar orden y sentido al mundo.
La sabiduría de esta etapa incluye, por una parte, la capacidad de aceptar las limitaciones y pérdidas corporales, económicas o afectivas; ajustar la vida a estas limitaciones y aprender a depender de otros. Además, también significa apertura; estar alerta frente al mundo, dispuesto a iniciar nuevas actividades, nuevas amistades y relaciones afectivas; significa aprender a relacionarse de otra manera con las personas significativas, con los hijos y con los nietos, siendo además un buen compañero para su cónyuge. Es aceptar lo que ya no se es y abrirse a lo que puede ser.
Las historias personales de los adultos mayores son muy variadas. Dependiendo de las experiencias de vida, los recursos, la salud, el apoyo familiar, la educación, la orientación cultural. Por lo tanto, la última etapa de la vida será percibida y vivida en forma diferente por cada persona. En este sentido, el propósito de proponer tareas de desarrollo que reflejen temas similares para todos los adultos mayores, corre el riesgo de descuidar la experiencia subjetiva de cada persona.
Quizás los fenómenos patológicos más perturbadores para la sociedad sean las alteraciones de conducta que a veces se presentan en la ancianidad. Las que pueden ser la continuación de una forma de conducta psicopática de toda la vida, o secuela de una perturbación emocional u orgánica del funcionamiento cerebral. La etiología no sólo es importante para el bien del paciente sino también porque es preciso proteger a la sociedad La manifestación psicótica más común del envejecimiento es la psicosis senil. Los factores que con más frecuencia desencadenan estos estados son las interrupciones de las formas de vida habituales, como por ejemplo el  fallecimiento de alguna persona allegada al paciente o una gran alteración del medio.


El envejecimiento se manifiesta de manera individual.   En esta etapa los adultos mayores se  adaptan  a las condiciones que le ofrecen la sociedad, dependiendo de su personalidad y la manera de reaccionar de acuerdo a su entorno.
Básicamente existen algunos funciones cognitivas que son evidentes en esta etapa como son:

  • La pérdida lenta y continua  de la memoria.
  • Lentitud del proceso de información.
  • El reloj biológico empieza lentamente a fallar.
  • La aparición de la presbicia.
  • La aparición de la hipoacusia.
  • La depresión
  • La baja autoestima
Finalmente, en cuanto a la personalidad, suele aumentar el interés por lo propio, desdeñando lo extraño, se toma el  pasado como referencia principal, no entendiéndose bien las actitudes de las  nuevas generaciones. Se tiende  a conservar y almacenar cosas, en un intento de  asegurar el futuro. Hay una resistencia al cambio, a lo nuevo, cuesta trabajo decidir entre varias  opciones.


Para profundizar sobre este tema puedes visitar estas referencias: 
  • Restrepo. Carlos. (2.005) Modulo de psicopatología del adulto y el viejo. Universidad Nacional Abierta y a distancia UNAD.
  • Psicología, Psicólogos y Envejecimiento: contribución de la Psicología y los psicólogos al estudio y la intervención sobre el envejecimiento. Documento de la asamblea mundial de envejecimiento Rev. Esp. Geriatr Gerontol 2002; 37(5):268-275) tomado de: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/124/124v37n05a13040767pdf001.pdf.